Desde tiempos milenarios, existe una vieja leyenda que narra como un viejo dragón llamado On, distribuyó por el planeta tierra setecientos cuarenta y seis balones de fútbol con la promesa de que cuando se hubiese jugado con cada uno de ellos una final, ya fuese de la rivalidad de colegios o de países europeos, el equipo ganador del partido setecientos cuarenta y seis podría invocar al dragón con el fin de pedir un deseo por jugador en campo de juego en el momento de pitar el final del partido, cuan lámpara de aladino.
Podrían haberlo conseguido los jugadores de la selección (española) este año, pero aveces es bueno ser hijo de un fanático adinerado empeñado en adquirir cosas extrañas. El padre de Manolo, natural de Madrid, pago por tres horas de vuelo con su hijo para conseguir uno de los balones predestinados para el partido, con tan mala suerte para el equipo español de elegir, precisamente, el que era el número setecientos cuarenta y seis de los dispersados por el dragón.
Lo cogió Manolito de la merengue urna de trofeos de su padre y bajó con sus amiguitos para jugar la final entre los Manus Tenorios y los Flecosecos. Jugaron, pero ni siquiera ganó el equipo de Manolo. Los Flecosecos quedaron pasmados al ver aparecer al bicho, como bien había avisado Manuel, pero pese al asombro, entendieron su mensaje y comenzaron a pedir:
Nicolás, el hijo de la viuda de Paco Sánchez, pidió volver a ver a su papá. El Popoto pidió la mejor bici del barrio. Amalia pidió tener una colita como el resto de sus compañeros para ligarse a la hermana de Nicolás. Sandro siempre quiso ver la reposición de Verano azul, esa serie para él aún desconocida tantas veces alabada por sus padres, para grabárselo en DVD. Mario solicitó ser Rey. Y por último, Francisco deseo ser famoso.
Tras un fuerte resplandor, el dragón comenzó a obrar.
Primero escarbó entre la tierra y trasladó el cuerpo descompuesto de Paco hasta el campo de fútbol. Su hijo le volvió a ver, aunque sin vida y algo deteriorado. Luego cogió la bici de Iván Undirian, que era la mejor de la vecindad, y se la llevó a Popoto. Lástima que en el momento del robo estaba en el taller por un problema de frenos. Popoto cayó por un barranco, compartiendo amablemente con las piedras del fondo parte de sus sesos. A la buena de Amalia si le salió colita, pero entre los habitantes del barrio no gustó que violase a la hija del difunto Paco, por lo que en un ataque de ira la amputaron su recién estrenado miembro y la dejaron morir. Sandro pudo gozar de la visión del primer capítulo de Verano azul, pero atormentado por lo que había hecho al resto de telespectadores, decidió arrancarse los ojos apalancando con un pedazo del ya era un fragmentado DVD (víctima de su ira). Mario apareció de repente en Saragún (África), donde la monarquía aún era algo mas que acudir a corridas de toros o tener descendencia, pero lamentablemente minutos despues hubo una cruel rebelión que acabó con su mandato y con los tendones que atravesaban su cuello. Y Francisco salió en toda la prensa por ser la última víctima antes de dar captura al asesino de los niños operados del tabique nasal.
Se cumplieron pues todos sus deseos y tras ello, el dragón distribuyó de nuevo los balones por los distintos rincones del Mundo.
¿Conseguirán nuestros amigos Son Goku, Krilim, Vulma, Pikolo... y, por supuesto, Shongoanda, reunir los setecientos cuarenta y seis balones enfrentándose a las múltiples situaciones adversas que les provoque el destino?
No os perdáis niños el próximo capítulo de: BALÓN DE DRAGÓN ON.
Amanda
Si, me habéis descubierto. Veía Bola de Dragón, Z, ZZ... Me enganché cuando Picolo entrenaba a Songoanda y casi pierde la vida por salvar al pequeño hijo de Goku..
El sentido de la vida: LA MUERTE
miércoles, 17 de septiembre de 2008
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el muñeco de la bego

a ver si lo trae
UMMMM... ESTÁ ES MAS ALEGFRE Y MAS ABAJO OS DEJO LA MEJOR..
AMANDA AMANDITA, MIRA TU NUEVA CASITA.... MIRA, ESTÁN FELIU Y OSOIDE...
PASA A VER AL LU

QUE TIENE UNA CASA CHULA
LU

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